Hay que ir. Vivirla. Pasearla. Sentirla.

En el escudo de esta bellisima ciudad figuran las palabras, “valiente, decidida y compasiva”. Sin lugar a dudas a las tres palabras que componen el lema oficial de la ciudad de Amsterdam, habría que añadir tolerante, libre, respetuosa, elegante, culta, artística, y más calificativos que a buen seguro usted ya conoce o intuye. Es una ciudad que todos conocen, aunque no hayan ido, aún, y que siempre han mirado con algo de envidia por su forma de vida.

Y es que, como en un cuento, podrían decir que existe una ciudad donde los que creen que viven libres descubren que no, que hay algo más que unas leyes permisivas o un código penal donde determinadas acciones no se consideran delito. Allí descubrirán que lo aceptado con normalidad no hay que reivindicarlo, la libertad es vivir y dejar vivir, no estar pendiente de nadie y no ser obstáculo en la vida de nadie. Es la naturaleza de la comprensión y la nobleza de lo natural y el respeto. Ustedes ya lo sabían y alguno lo ha experimentado.

Pero Ámsterdam es más que sus Coffees Shops, las bicicletas, que el Barrio Rojo, el ambiente gay o el Mercado Flotante de las Flores. Es su arquitectura, los numerosos museos, la cultura desbordante de la ciudad, los canales, y la enorme oferta de ocio que se les ofrece en cualquier época del año. No se puede olvidar ni dejar de visitar el casco antiguo e histórico de la ciudad. Y si quieren tomarse un descanso o al menos vivirla de una forma más relajada, nada como disfrutar de su agenda cultural donde encontrarán todo tipo de eventos en todas las artes y espectáculos.

Ámsterdam, como toda capital histórica europea, y no olvidemos que tiene uno de los centros históricos más grandes de Europa, y que fue construido en el siglo XVII, también tiene sus secretos. Y conocerlos es la mejor manera de intimar con una ciudad, de conocerla y empezar a sentir que están ante algo que ha ido evolucionando de una forma viva, y tiene sus pasiones y sentimientos mezclados con el urbanismo de sus calles y construcciones.

Llegada la hora de buscar alojamiento, lo mejor en una ciudad así, donde vivir como un vecino más, como un residente, es sin lugar a duda lo ideal, la mejor opción, es un albergue. Y aunque los alojamientos abundan, dormir en un albergue es una fabulosa opción a tener en cuenta, ya que la calidad de sus hoteles están por debajo de la media europea y sus precios son elevados. Y sobre todo en una ciudad donde no se va a descansar, sino a patear sus calles y a disfrutar de la vida en ella con todo lo que ofrece, que es mucho, esta alternativa les permitirá embeberse de su vida.

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