Entra en funcionamiento un nuevo radar fijo en la C-63 en Lloret de Mar

El Servei Català de Trànsit (SCT) pone en funcionamiento un nuevo radar fijo a partir de mañana martes, 18 de febrero, en el kilometro 4,1 de la carretera C-63. En concreto, el radar se ubica en la salida del túnel Monturiol, en dirección a la entrada en Lloret de Mar con el objetivo de reducir la velocidad excesiva en este punto así como la siniestralidad.

Además, su instalación también responde a un conjunto de peticiones del territorio. El límite máximo de velocidad permitido en la vía es de 80 km / h. Este nuevo radar complementa el que ya hay en la misma carretera en sentido contrario, a unos 700 metros de diferencia aproximadamente, en dirección Vidreres.

La velocidad excesiva es uno de los principales factores concurrentes de la siniestralidad vial. En Cataluña, el año 2019 la velocidad excesiva o inadecuada intervino como causa en el 12% de los accidentes con víctimas mortales y heridos graves en vías interurbanas.

El SCT controla la velocidad excesiva a través de varios tipos de dispositivos. Aparte de radares fijos, que registran una velocidad en una ubicación concreta, en Cataluña, desde el año 2010 se han ido implantando los radares de tramo.

Estos cinemómetros incorporan un equipamiento de reconocimiento de las matrículas de los vehículos, están situados al inicio y al final del tramo controlado, y miden el tiempo transcurrido y calculan la velocidad media a fin de determinar si se ha superado el límite máximo de velocidad permitido. Además, en algunos puntos de la red viaria catalana, los Mossos también controlan las velocidades a través de los radares móviles. Conviene destacar que este tipo de infracciones también se detectan a través del helicóptero del SCT.

Actualmente, en la red viaria catalana hay 241 puntos de control, de los cuales 30 son radares de tramos. Los radares están distribuidos tanto en vías principales como secundarias, siguiendo criterios de priorización de los puntos o tramos donde es necesario reducir la siniestralidad, y han demostrado que resultan efectivos como elementos disuasorios para disminuir la accidentalidad.