El Blanes Costa Brava International Film Festival ha generado un gasto al Ayuntamiento de Blanes de un coste de 111.000 euros, una vez descontados los ingresos, que solo han sido 5.397 euros, según el informe del evento cinematográfico que aprobó la junta de gobierno el pasado 7 de julio.
El informe, que se aprobó con la abstención de la concejala Rosa Aladern, líder de Grup Blanes, consta de 32 páginas y detalla con minuciosidad todas las actividades del festival y, en particular, los gastos e ingresos del festival, los pagos realizados a personas y los premios en metálico.
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Al final, dedica un interesante apartado a las conclusiones que se extraen de esta actividad pionera, que deberían marcar la estrategia a seguir en próximas ediciones.
En detalle, los gastos ascienden a 116.483,22 euros. La partida más importante es la relacionada con el alojamientos de los invitados l festival en seis hotales de la ciudad. El coste de esta partidas asendió a 20.642 euros. En las banderolas y otros elementos que dieron visibilidad al evento, el gasto fue de casi 16.000 euros.
El alquiler de un proyector costó algo más de 11.000 euros y las proyecciones en la sala de ensayos ascendieron a poco más de 5.800 euros. Los premios en metálicos a las obras premiadas sumaron otros 6.000 euros. El merchandising superó por poco los 6.000 euros. Estas partidas se llevaron cerca de 65.600 euros.
Otros gastos menores fue el pago de los viajes de los actores y profesionales del cine invitados (cerca de 5.100 euros), el diseño del cartel del fetival (1.694 €), el catering del día de clausura del festival (2.640 €). Rseñamos por últimos el coste de la publicidad en medios de varios comunicación, incluida la web del festival, que se llevó poco más de 7.000 euros.
Por lo que se refiere a los ingresos, en total se recaudaron 5.397 euros, la gran mayoría por venta de entras, sin que conste ingresos por venta de merchandising. Los escolares que asistieron a las proyecciones no pagaron entrada.
En el informe se indica que el evento lo siguieron en algún momento entorno a un centenar de «profesionales del cine y prensa especializada». Además de la gala inicial y final, durante el festival se realizaron 53 sesiones de cine, de las que 37 fueron largometrajes y 16 de cortometrajes.
Tres categorías de festivales
En el apartado de conclusiones, al inicio el texto se pregunta «¿cuánto cuesta un festival de cine?». Tras indica que «depende» del enfoque del asunto, se indica que «un festival no solo se mide en términos económicos, sino también en su impacto cultural, social y mediático».
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A continuación, el informe establece tres categorías de festivales: categoría Top, como el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, al que se adjudica un presupuesto de entorno a los 8,3 millones de euros. Después vendría la «categoría media», cuyo presupuesto se situaría entre los 200 mil euros y 1 millón y por último la «categoría menor», eventos con un coste por debajo de los 100 mil euros.
Decidir ‘hacia donde quiere dirigirse el festival’
De acuerdo con estas categorías, el informe señala que el Blanes Film Festival debe situarse en la categoría media, «a pesar de que se presupuesto está más cerca de la categoría menor».
En el contexto de esta argumentación destaca esta frase: «Este primer año [se] ha demostrado la capacidad organizativa y la determinación del festival por ofrecer una programación de calidad, pero hay que decidir hacia dónde quiere dirigirse el festival en el futuro».
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En otro apartado se señala que el festival, con un presupuesto de 115.000 euros, está en una «posición incómoda», porque si bien por la proyección que ha tenido el evento y la programación conseguida se encuadra en la categoría media, los recursos «económicos y humanos necesarios para mantener este nivel son insuficientes».
En otro párrafo se argumenta la siguiente: «Si se decide mantener el festival en la categoría menor, el presupuesto actual sería suficiente para seguir ofreciendo un evento de calidad pero con un alcance más reducido. Esto permitiría al festival consolidarse como una actividad cultural destacada a nivel local y regional, sin las presiones y exigencias que conlleva aspirar a un estatus más elevado. Este enfoque podría garantizar la sostenibilidad del festival a largo plazo, centrándose en la calidad de las proyecciones y en la participación de la comunidad local».
En cambio, si el presupuesto creciese y se situase entorno a los 200.000 euros adquiriría un rango que lo situaría en la órbita de los festivales de alcance nacional, al ofrecer una mayor programación de películas, más actores invitados y actividades paralelas más atractivas.
Financiación externa y profesionalizar la organización
Factor clave para dar este salto sería cubrir la mitad del presupuesto con financiación externa del Ayuntamiento. Es decir, subvenciones de organismos supramunicipales (Diputación de Girona, Generalitat, Ministerio de Cultura), además de ingresos por patrocinio de una o varias marcas de renombre y, eventualmente, vía mecenazgo.
Para ello se considera que la organización del festival debería «profesionalizarse y dotarse de los recursos necesarios», porque el personal de la concejalía de Cultura carece de la experiencia necesaria y envergadura para acometer la organización de un evento de renombre, lo cual requiere hacer un seguimiento intensivo y muy frecuente de todos los aspectos del festival.
En el informe se destaca que el nivel alcanzado en la primera edición del el Blanes Film Festival descansa en buena media en el «esfuerzo y dedicación del personal municipal. Este personal, además de sus labores administrativas habituales, ha asumido responsabilidades adicionales en la producción y organización del festival, dedicando numerosas horas a tareas no propias. Esta situación, aunque efectiva en el corto plazo, no es sostenible para el personal implicado».