El falso mito de un Roberto Bolaño yonqui en Blanes

Roberto Bolaño

El escritor Jesús Ferrero publicó el pasado 23 de junio un artículo en el diario El País, titulado «La edad de las usurpaciones» en el que denuncia que «las personas están siendo expulsadas de los espacios y colectivos», al imponerse los intereses de determinados colectivos, gremios, o modas. También, critica que «se falsifican identidades al por mayor» a la vez que crecen todo tipo de mentiras, que internet multiplica y propaga con pasmosa celeridad.

Se trata de la consabida frase de «si repites una mentira cien veces, acabará siendo verdad». Ferrero ilustra sus planteamientos con varios ejemplos y reserva un buen espacio al escritor Roberto Bolaño, que vivió en Blanes durante varios años cuando saboreaba el éxito literario. Esta es la extensa cita de Ferrero:

«Otro buen ejemplo a ese respecto es el de la falsificación de la figura de Roberto Bolaño. En la historia de Bolaño que circula por ahí como un mithos, Bolaño figura como un alcohólico en México y como un heroinómano en Blanes. Fui amigo de Bolaño y puedo asegurar que ni probaba el alcohol ni ninguna otra droga blanda o dura, y los que lo conocieron en México aseguran que apenas si tomaba una cerveza de vez en cuando. Esa es la verdad, por más que se disgusten los amantes de las vidas malditas y peregrinas. Y diré algo más, a pesar de la enfermedad hepática que le seguía los pasos como cien espadas de Damocles con patas, era un hombre tremendamente feliz a ratos y no solo a ratos. En blogs dedicados a su figura, glosan su vida y su obra, y algunos acaban diciendo que, de todas formas, no envidian la vida de Bolaño, tan alcohólico, tan yonqui y tan tirado».

«También con Bolaño me planteé desbaratar tantas mentiras, pero en mi última estancia en Nueva York me di cuenta de que se trataba una vez más de una batalla perdida. Allí el mito de Bolaño maltratado por las drogas es más duro que el granito, y está perfectamente asentado. Ya no creo que haya forma de matarlo, porque se puede matar a una persona, pero no se puede matar un mito. Y la fábula de Bolaño que más triunfa es la de monje drogadicto y perdido en una oscura calle de Blanes a la que nunca llegaba la luz, como aquella de la canción de Lone Star de mi adolescenci».